lunes, 30 de marzo de 2009

Sentimientos, emociones, ...

Lo he visto muchas veces en consulta.
Dicen los psicólogos que tendemos a empeñarnos una y otra vez en confirmar aquello que pensamos de nosotros mismos (las famosas profecías autocumplidas), mejor dicho, aquello que otros pensaron de nosotros en esa época de la infancia, tan sensible, tan moldeable, tan absorbente.
Paradojas incomprensibles de la vida.flores de buganvilla en Rambla de Castro, Tenerife
Muchas veces nos enredan en sufrimientos de una forma de la que ni siquiera somos conscientes, fuerzas sepultadas en lo recóndito de nuestro cerebro que actúan callada pero eficazmente. La vida de las parejas puede ser un ejemplo.

- Quiero que me quieras. Pero no soy querible. Vete.
- Pero, ¿a dónde vas?, ¿por qué no me quieres?.
- Te quiero solo para mi. Pero vete, y te torturaré cuando atisbe la menor posibilidad de que puedas querer a otra persona. Porque te quiero, pero no acepto que puedes ser solo para mi. Alguien me dijo que no tenía derecho a ser feliz.

Y así, en pasos de tango interminables, se mueven las agujas del reloj.

No es nada nuevo; ya lo dijo San Pablo en algo así como "cuando la carne hace algo que el corazón no quiere". Somos seres raros, y la vida a veces debería ser más fácil (la deberíamos hacer más fácil).

Fugacidad, transitoriedad, "y si...": "cerezos en flor"

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y....¿Ya no escribe usted?
Isabel.

atlante dijo...

Isabel, gracia por tu comentario.
Venga, me animaré a escribir, brindando por tí.
(¿nos podemos tutear?)