domingo, 8 de marzo de 2009

Ventanas abiertas

Estaba leyendo hace unos minutos la descripción que una persona hacía de un momento de felicidad, de esos flash que la vida nos regala, y me alegré. Me alegré mucho.

Hay momentos especiales. Hay muchos momentos especiales. Muchos son nuestros, muchos son de los demás. Nunca agradeceremos suficiente la fortuna de contar con una gran capacidad para resonar con las otras personas, como si todos fuéramos diapasones.


Foto: ventana abierta al mar. Cedida por Sara

Al leer aquel blog brotó de mi memoria otro de esos momentos, distinto, pero parecido, ahora mío:
Ayer sábado estaba esperando la güagüa, tras acabar la consulta.
Casi apoyado sobre la pared, mirando hacia la dirección de donde debía venir la güagüa, absorto en mis pensamientos, y concentrándome en estar alerta para leer el letrero de la güagüa y coger la que me llevaba a mi piso.

De repente noté el silencio, el no ruido, de una persona que había pasado a mi lado, cerca, y que me sorprendió.

En aquel momento todos los ruidos y sonidos de la calle empezaron a llegar a mis oidos. Otras veces molestan, pero en ese momento hasta los molestos eran paladeados.

Oía el motor al ralentí del coche parado en el semáforo, que era distinto del otro coche de al lado. Oía el deslizar de las ruedas sobre el asfalto. La conversación fugaz de los motoristas que pasaban rápido. La conversación por el móvil de aquella mujer que caminaba por la acera de enfrente. Esas otras pisadas, unas sonoras, otras de papel. Una campana. Un avión. La música salsa del bar al lado...

Y el ruido de fondo de la ciudad. Ese ruido que apagaba, engullía, otros sonidos, como las pisadas de los tenis. Era un ruido de ser.

Me dí cuenta de que todas aquellas personas tenían su sonido.

Fueron unos minutos. Un momento. Están ahí. Son nuestros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu los llamas diapasones, los griegos lo llamaron prosopón, pero lo importante es que las personas resuenen y que no estemos sordos, ni ciegos, ni cerrados.
Gracias Atlante por completar este domingo con tu abierta ventana.

atlante dijo...

A fin de cuentas, esta "ventana abierta" es toda una resonancia. Gracias a tí, Isabel.