jueves, 7 de enero de 2010

Navidad... todo es cuestión de percepción...


Si; otra vez... Ya acabó la Navidad.

Y por eso por un lado ya tenemos todos encima nuestros 10 puntitos de estrés correspondiente (según la escala de eventos estresantes de Holmes).

Por otro lado, resulta que curiosamente Navidad es lo que nosotros queramos que sea. Igual que tantas otras cosas en la vida. Los eventos impactan en nuestras vidas de una forma que depende de la percepción que tengamos de ellos, claro. Lo bueno del asunto es que nuestro cerebro, o sea, nosotros mismos, tiene una gran capacidad de remodelar, recrear, esa percepción para reconstruir una nueva "realidad", es decir, una nueva forma de realidad.

Les pondré un ejemplo. Hace unos dias me serví una cerveza mientras comía; por un momento la conversación me despistó del vaso. Alguien preguntó "¿quién quiere sidra?". Cogí el vaso y empecé a beber, no sé por qué pensaba que era sidra. Por unos segundos saboreé sidra, hasta que pensé: "un momento, ¿no era cerveza lo que me había puesto???..."; e instantes después aquel sabor dulce a sidra, "real" como el color dorado de las burbujas del líquido fresco que había en aquel el vaso, fue cambiando para recuperar el sabor amargo de la cerveza.

Tenemos capacidad, nuestro cerebro la tiene, de reconstruir realidades. ¡¡¡Empleémosla!!! :)

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