sábado, 22 de diciembre de 2012

EMDR: ¡una verdadera máquina!

Muchas veces pienso en EMDR como si fuera una de esas "puertas traseras" que los informáticos ocultan en sus programas para poder acceder al núcleo del sistema, resetearlo o para facilitar funciones especiales...

Como terapeuta no paro de sorprenderme en cada sesión de la eficacia y la potencia del EMDR. Las personas que atiendo tampoco... y muchas notan semana a semana esos cambios. No se levantan ningún día "de color verde", totalmente transformadas, pero sí aprecian cambios que les hacen vivir y afrontar la vida de una forma nueva, diferente, más ajustada, satisfactoria, feliz...

Una constante que suelen comentar es como otras personas (amigos, familiares, ...) se dan cuenta de esos cambios, por ejemplo, haciendo afirmaciones acerca de su "nueva" asertividad, o su forma de disfrutar "por primera vez", ... o con preguntas del tipo "te noto diferente, ¿has ido a la peluquería?"... Así es...




A veces, no siempre, dos o tres sesiones pueden ser suficiente. No siempre. Eso depende de lo enredadas que estén las situaciones vividas por la persona, pero en cualquier caso EMDR hará su trabajo de "limpieza y reconstrucción".

¿Para qué sirve EMDR?. Pues para muchas situaciones: desde estados depresivos, ansiedades, fobias, duelos, estrés, acoso laboral, accidentes, violencia, pánico, etc, etc, etc. Originalmente EMDR fue aplicado para tratar el Estrés Postraumático en soldados norteamericanos que volvían de la guerra, pero luego se fue aplicando a otras situaciones no tan graves, más cotidianas... Y claro, si es capaz de disolver el trauma de guerra... pues más posibilidades tiene de aliviar el sufrimiento provocado por una ruptura de pareja, un mal rendimiento académico, un susto, un jefe malhumorado...


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